En la vida adulta, mantener una buena concentración mental se ha vuelto más difícil que nunca. Las múltiples distracciones digitales, las responsabilidades laborales y familiares, junto con el estrés diario, crean un entorno que exige demasiado del cerebro. La neuropsicología explica este fenómeno como un desequilibrio entre las funciones ejecutivas (ubicadas en la corteza prefrontal) y los sistemas de recompensa del cerebro, responsables de buscar estímulos constantes.
Por qué la concentración en adultos se ve afectada
A diferencia de lo que se suele pensar, la concentración no depende solo de la voluntad, sino del estado funcional de redes cerebrales específicas. La atención sostenida, por ejemplo, es una función que involucra la interacción entre la corteza parietal y la prefrontal. Cuando estas áreas se sobrecargan por exceso de información o fatiga cognitiva, la mente salta rápidamente de un estímulo a otro.
Entre los factores más frecuentes que reducen la concentración en adultos se encuentran:
- Multitarea digital: alternar constantemente entre correos, notificaciones y tareas interrumpe los ciclos atencionales.
- Estrés prolongado: eleva los niveles de cortisol, afectando la memoria de trabajo y la claridad mental.
- Falta de sueño o descanso de calidad: el cerebro necesita periodos de reparación para consolidar la atención.
- Alimentación deficiente: la falta de nutrientes como el omega 3, magnesio o vitaminas del grupo B afecta el rendimiento cognitivo.
Desde una perspectiva neuropsicológica, la mente adulta mantiene una gran capacidad de neuroplasticidad, lo que significa que puede mejorar la concentración mediante entrenamiento constante. Así como se fortalece un músculo, las redes neuronales responsables de la atención pueden desarrollarse con ejercicios adecuados, hábitos saludables y estrategias conscientes.
Qué dice la neuropsicología sobre la concentración
La neuropsicología estudia cómo el cerebro procesa, mantiene y dirige la atención hacia estímulos relevantes. En este sentido, entender qué estructuras cerebrales intervienen es clave para aplicar consejos realmente eficaces.
El sistema atencional se compone de tres grandes redes:
- Red de alerta: activa el estado de vigilancia y preparación ante estímulos.
- Red de orientación: permite seleccionar en qué concentrarse.
- Red ejecutiva: controla la atención y evita distracciones.
Estas redes trabajan de manera coordinada, pero pueden desequilibrarse si hay fatiga mental, estrés o desorganización del entorno. La corteza prefrontal dorsolateral cumple un papel esencial en la capacidad de mantener la atención voluntaria y filtrar estímulos irrelevantes. Por eso, los ejercicios neuropsicológicos suelen enfocarse en estimular la función ejecutiva y la autorregulación emocional, dos pilares del control cognitivo.
Además, la neuroplasticidad en adultos demuestra que, incluso después de los 40 o 50 años, el cerebro conserva la habilidad de formar nuevas conexiones neuronales. Este proceso se potencia con actividades que exijan concentración prolongada, como la lectura profunda, la meditación o el aprendizaje de nuevas habilidades.
Estudios en revistas científicas como Frontiers in Human Neuroscience y Cognitive Neuropsychology han confirmado que la práctica diaria de ejercicios de atención puede modificar la actividad cerebral, fortaleciendo los circuitos neuronales encargados del enfoque y la memoria operativa.
Por eso, nos gustaría indicar, que la neuropsicología enseña que la concentración no se recupera “por arte de magia”, sino mediante una estrategia cognitiva sostenida para comprender cómo funciona la mente, eliminar distractores y entrenar la atención igual que se entrena el cuerpo.
Consejos de neuropsicología para mejorar la concentración

La neuropsicología moderna ofrece una serie de estrategias prácticas que permiten entrenar la mente y fortalecer la atención sostenida. Estos consejos no solo sirven para concentrarse mejor, sino también para mantener una mente más clara, ordenada y productiva.
- Entrenamiento de la atención selectiva
Dedica 10 minutos diarios a una tarea que requiera foco absoluto, como leer un texto técnico o resolver un rompecabezas sin distracciones. El objetivo es entrenar la red ejecutiva del cerebro, responsable de filtrar la información relevante.
Un método útil es el entrenamiento por bloques que fija intervalos de concentración (por ejemplo, 25 minutos de trabajo y 5 de pausa). Este enfoque, conocido como técnica Pomodoro, refuerza la capacidad de mantener la atención sin agotamiento mental.
- Practicar mindfulness o atención plena
Estudios neuropsicológicos demuestran que la meditación de atención plena reduce la actividad de la red por defecto (encargada de los pensamientos automáticos) y mejora la conectividad de la corteza prefrontal. Dedica cinco minutos a observar tu respiración o a realizar una caminata consciente; notarás cómo aumenta la claridad mental y disminuye la dispersión.
- Mantener hábitos cerebrales saludables
- Dormir entre 7 y 8 horas mejora la consolidación de la atención y la memoria.
- Una dieta rica en omega 3, antioxidantes y magnesio potencia la comunicación neuronal.
La hidratación adecuada favorece la velocidad de procesamiento mental. - El ejercicio aeróbico regular estimula el flujo sanguíneo cerebral y aumenta la neurogénesis.
- Organización mental y gestión del entorno
El cerebro necesita orden para concentrarse. Evita la sobrecarga sensorial limpiando tu espacio de trabajo, utilizando una sola pantalla y reduciendo notificaciones.
Aplica el principio de una tarea a la vez, la multitarea divide la atención, reduce la memoria de trabajo y aumenta los errores.
- Pausas estratégicas
La mente no está diseñada para mantener la atención sin descanso. La neuropsicología recomienda microdescansos activos (estirarse, caminar, respirar profundamente). Estos momentos restauran la función ejecutiva y permiten que la mente retome el foco con más energía.
Ejercicios neuropsicológicos prácticos para aplicar en casa
Los ejercicios de neuropsicología son una herramienta poderosa para fortalecer las redes neuronales de la atención. A continuación, algunas rutinas sencillas y eficaces:
Ejercicio 1 – Atención visual
Observa una imagen compleja durante 30 segundos. Luego intenta describir todos los detalles que recuerdes. Este tipo de entrenamiento estimula la memoria de trabajo visual y la capacidad de observación.
Ejercicio 2 – Atención auditiva
Escucha una lista de palabras y repítelas en orden inverso. Esto trabaja la flexibilidad cognitiva y la memoria de secuencias, funciones clave en la concentración.
Ejercicio 3 – Secuencia numérica inversa
Escribe una serie de números (por ejemplo, 3-8-2-9) y trata de recordarlos al revés. Este ejercicio activa la corteza prefrontal dorsolateral y mejora la resistencia cognitiva.
Ejercicio 4 – Rutina neurocognitiva de 10 minutos diarios
- 2 min de respiración consciente.
- 3 min de lectura concentrada sin interrupciones.
- 3 min de memorización (palabras o números).
- 2 min de repaso mental o visualización de lo aprendido.
Esta rutina estimula la atención sostenida, memoria operativa y autorregulación emocional, pilares de una mente enfocada.
Errores que sabotean la concentración y cómo evitarlos
- Multitarea constante: realizar varias cosas a la vez crea un falso sentido de productividad. En realidad, dispersa la atención y aumenta la fatiga mental.
- Sobrecarga digital: revisar el móvil cada pocos minutos interrumpe los ciclos cognitivos. Silencia notificaciones o utiliza bloqueadores de distracciones.
- Falta de pausas: el cerebro necesita intervalos de descanso para mantener su rendimiento. Aplicar técnicas de ritmo (como 50 minutos de foco y 10 de pausa) ayuda a mantener la atención sin agotamiento.
- No entrenar la atención: como cualquier habilidad, la concentración se debilita si no se practica. Realizar ejercicios diarios y leer en profundidad son claves para mantenerla fuerte.
- Subestimar el sueño: un adulto que duerme menos de 6 horas reduce hasta un 30% su capacidad de atención selectiva.
Evitar estos errores permite que los consejos neuropsicológicos den resultados reales en poco tiempo.
Cómo mantener los progresos y potenciar la mente a largo plazo
La mejora de la concentración no es un proceso puntual, sino un entrenamiento continuo del cerebro. Para sostener los progresos:
- Repite los ejercicios de atención al menos cinco veces por semana.
- Mantén una rutina regular: el cerebro responde mejor a la constancia que a los esfuerzos esporádicos.
- Introduce retos cognitivos nuevos: aprender un idioma, tocar un instrumento o resolver acertijos son formas naturales de mantener la mente activa.
- Registra tus avances: llevar un diario de concentración ayuda a tomar conciencia de la evolución mental.
La neuropsicología ha demostrado que las personas que entrenan su mente de forma constante muestran mayor resiliencia cognitiva, afrontan mejor el estrés y conservan una mente más joven a lo largo del tiempo.
Adoptar estos hábitos es invertir en el bienestar mental y emocional, potenciando la productividad y el equilibrio interior.
En definitiva,
Los consejos de neuropsicología en adultos para mejorar la concentración se basan en una verdad simple, ya que el cerebro puede entrenarse, adaptarse y fortalecerse a cualquier edad. Comprender cómo funciona la atención, eliminar distractores, cuidar la salud cerebral y aplicar ejercicios de neuroentrenamiento son pasos concretos hacia una mente más enfocada y eficiente.
Dedicar unos minutos cada día a estas prácticas puede marcar la diferencia entre una jornada dispersa y una mente en total control.
La neuropsicología no solo ayuda a concentrarse, sino a entenderse mejor, gestionar el pensamiento y recuperar el dominio sobre la mente.

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