Cómo afecta el insomnio a tu salud mental
Comprender el sueño es abordar una dimensión central de la existencia humana, la cual, ocupa aproximadamente un tercio de nuestra vida. Más allá de ser un mero estado de reposo, el sueño constituye una función cerebral vital que sostiene activamente nuestros procesos cognitivos más complejos. Es en este estado donde se facilita la consolidación de la memoria, el aprendizaje, la atención, el procesamiento del lenguaje, la creatividad y la toma de decisiones.
La investigación en neurociencia ha avanzado en entender cómo funciona el cerebro en relación con el sueño y subraya su gran impacto. La privación de sueño puede ser biológicamente más perjudicial e inmediata para nuestro organismo que incluso el no comer.
Asimismo, en el ámbito de la psicología, observamos que la calidad del descanso es un indicador clave del bienestar psicológico.
Es imperativo abordar el sueño no como un lujo, sino como un requisito fundamental para mantener el equilibrio mental y optimizar el rendimiento diario.
¿Por qué es importante cuidar del descanso nocturno?
El sueño nocturno no es meramente un periodo de inactividad, sino un proceso biológico fundamental que impacta profundamente la calidad de vida y el funcionamiento general del ser humano. Como señalan diversas investigaciones, cada fase del descanso posee una relevancia trascendental debido a su impacto diferencial en las estructuras neurológicas.
Cuando se minimiza la prioridad del sueño en la rutina diaria, se compromete el bienestar físico y se desencadenan efectos adversos en el estado anímico y afectivo. Esta alteración puede traducirse en un deterioro significativo en los ámbitos social, laboral y cognitivo.
El reposo nocturno actúa como un coadyuvante esencial para la interacción con otros sistemas corporales, incluyendo el sistema digestivo, el sistema endocrino o el sistema inmunitario.
Sueño, Cognición y Sistemas Corporales
Una de las funciones más relevantes del descanso es el aprendizaje. Estudios demuestran que la consolidación y organización de la nueva información (la consolidación de lo aprendido) ocurre predominantemente durante el sueño, permitiendo el resguardo y la recuperación de experiencias pasadas, lo cual, promueve una vivencia más satisfactoria del entorno.
Desatender la calidad de las etapas del sueño provoca un deterioro progresivo en múltiples sistemas. Lombardo, subraya el impacto en el sistema inmunitario, que queda comprometido, aumentando el riesgo de enfermedades, fatiga crónica, baja concentración, cefaleas y depresión.
A su vez, la afectación al sistema endocrino es otra consecuencia importante. No atender convenientemente al descanso puede alterar la hormona del crecimiento y generar variaciones metabólicas como la obesidad o desequilibrios en los niveles de azúcar.
Prevención y Bienestar a Largo Plazo
Las secuelas de la mala calidad del sueño se extienden a riesgos futuros como enfermedades cardiovasculares e infecciones. Por el contrario, priorizar el descanso previene neuropatías, reduce la tensión arterial, optimiza el aprendizaje y la creatividad. Fisiológicamente, la relajación promueve la producción de melatonina y serotonina, hormonas que contrarrestan los efectos del cortisol y la adrenalina, fortaleciendo la salud física y emocional.
Dormir adecuadamente mejora las habilidades mentales para afrontar los desafíos diarios. Por todo ello, es fundamental fomentar hábitos de sueño idóneos para asegurar un desempeño diario óptimo y prevenir el deterioro de la calidad de vida.
Etapas del Sueño desde una Perspectiva Psicológica
La neurociencia ha avanzado significativamente gracias al análisis de la actividad cerebral durante el descanso. La medición de las ondas cerebrales (mediante un electroencefalograma o EEG) confirma que el sueño no es un estado uniforme. Por el contrario, se organiza en una secuencia de fases del sueño que se repiten cíclicamente.
Cada ciclo de sueño se extiende durante aproximadamente 90 minutos. A lo largo de una noche de descanso, es habitual experimentar entre 4 y 6 de estos ciclos, variando en función de las horas de sueño totales.
El descanso nocturno se clasifica en dos estados primarios, fundamentales para la salud mental:
- Sueño de Movimientos Oculares Rápidos (MOR o REM): Derivado del término inglés Rapid Eye Movements. Esta fase es crucial para el procesamiento emocional y el aprendizaje.
- Sueño de Ondas Lentas (No-MOR o No-REM): Este estado, también denominado sueño de movimientos oculares no rápidos, se distingue por su profunda reparación física y se divide a su vez en cuatro etapas progresivas.
Comprender la dinámica de las etapas del sueño (No-REM y REM) es esencial en el ámbito de la psicología para abordar trastornos como el insomnio, y promover un óptimo bienestar psicológico.
Las etapas silenciosas del sueño. Descubre el poder reparador del No-REM

Fase I: El Comienzo del Sueño o Adormecimiento
Esta es la etapa más superficial del sueño. Corresponde al momento en que una persona empieza a dormirse, conocido como somnolencia. Se considera que ha comenzado cuando más de la mitad de la actividad cerebral presenta ondas lentas de baja intensidad.
Durante esta fase de transición al sueño, la persona experimenta una desconexión progresiva de su entorno y el pensamiento se vuelve menos coherente o más divagante. Es común experimentar sensaciones breves y vívidas, como escuchar un sonido (por ejemplo, que le llamen), ver destellos o imágenes abstractas, o sentir la sensación repentina de caerse o de dar un sobresalto muscular.
Esta fase inicial es breve, con una duración habitual de 1 a 5 minutos, representando cerca del 5% del ciclo completo de sueño.
Fase II: Sueño Ligero
Esta etapa representa un paso hacia un sueño más profundo. Esta fase del sueño ligero es fácilmente reconocible en el registro de la actividad cerebral (electroencefalograma) debido a la aparición de dos patrones distintivos: Los Husos del Sueño y los Complejos K.
Durante la Fase II, el cuerpo experimenta una mayor relajación muscular y una desconexión más profunda del entorno. El metabolismo del cuerpo se ralentiza, incluyendo una disminución en la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal. A pesar de que es un sueño más consolidado, la persona aún puede despertarse con relativa facilidad si el estímulo externo es lo suficientemente fuerte o significativo para ella.
En un ciclo de sueño inicial, la Fase II dura aproximadamente 25 minutos, y esta duración tiende a alargarse en los ciclos posteriores, llegando a ocupar cerca del 50% del tiempo total de sueño.
Fases III y IV: Sueño Profundo
Representan el periodo de mayor descanso cerebral y reparación del organismo.
En el registro cerebral (EEG), estas fases se identifican por la predominancia de las ondas delta: son ondas muy lentas y de máxima amplitud.
Características Clave del Sueño Profundo:
- Mínima Reactividad: El cerebro alcanza su menor nivel de conectividad con el exterior, y la capacidad de reaccionar a los estímulos ambientales está en su punto más bajo.
- Metabolismo Reducido: El ritmo metabólico del cuerpo experimenta su mayor descenso.
- Despertar Difícil: Es extremadamente complicado despertar a la persona. Si se logra, es común que experimente un breve periodo de confusión mental, conocido como inercia del sueño, donde el rendimiento cognitivo puede estar afectado durante varios minutos u horas.
- Importancia Biológica: Este sueño es crucial para la recuperación física, la regeneración de tejidos, el desarrollo óseo y muscular, y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Fase V O Sueño REM: El Enigma del Sueño Paradójico
En la fase REM, a diferencia del sueño No-REM, se produce una aceleración de los signos vitales : el ritmo cardíaco y la respiración se vuelven rápidos e irregulares. Lo que le da el nombre de «sueño paradójico», es que la actividad del electroencefalograma se parece mucho al patrón cerebral de una persona despierta. Sin embargo, el cuerpo se encuentra en un estado de reposo profundo.
La fase REM se alcanza unos 90 minutos después de haberse dormido. A su vez, cada ciclo REM se alarga progresivamente a lo largo de la noche. Por ejemplo, el primero puede durar solo unos 10 minutos, mientras que los últimos pueden extenderse hasta una hora.
Es la fase donde se generan los sueños más vívidos, complejos y estructurados. Existe una parálisis temporal de los músculos esqueléticos. Esta es una función protectora esencial que impide que la persona actúe físicamente los contenidos de sus sueños.
El sueño REM es crucial para la consolidación de la memoria, desempeñando un papel importante en el el aprendizaje.
Resumen de las fases:
| Fase | Etapa | Características Esenciales | Función Principal |
| I (N1) | Adormecimiento
(1-5 min) |
Transición, superficial, desconexión gradual. Comunes los sobresaltos musculares. | Inicio del ciclo de sueño. |
| II (N2) | Sueño Ligero
(~50% del total) |
Desconexión profunda del entorno. Disminuyen ritmo cardíaco y temperatura. Aparecen Husos y Complejos K. | Consolidación del sueño. |
| III/IV (N3) | Sueño Profundo
(Ondas Delta) |
Máximo descanso cerebral y corporal. Mínima reactividad (despertar difícil). | Reparación física (tejidos, músculos) y fortalecimiento inmunológico. |
| V (REM) | Sueño Paradójico | Cerebro muy activo (similar a despierto), pero cuerpo paralizado. Ritmo cardíaco y respiratorio irregulares. | Consolidación de la memoria, aprendizaje y sueños vívidos. |
Tratamiento psicológico para el insomnio en Bilbao
Cuando un paciente consulta por un trastorno de sueño caracterizado por insomnio, la primera fase de nuestra intervención se centra en la exploración las causas. El insomnio puede tener causa orgánica, psicológica o ambas.
Es crucial subrayar que la identificación de un origen orgánico no exime la necesidad de una intervención psicológica complementaria. En numerosos casos, la terapia del insomnio con psicólogos resulta indispensable para acompañar y optimizar la recuperación del paciente. Esto incluye la reestructuración de hábitos de sueño (higiene del sueño) y la evaluación y manejo de la ansiedad por el rendimiento del sueño (ansiedad anticipatoria al dormir), entre otros.
En el contexto de los tratamientos psicológicos que ofrecemos, mantenemos una perspectiva holística, integrando la calidad del sueño en muchos de nuestros procesos terapéuticos, incluso cuando el insomnio no es el motivo de consulta principal. Somos conscientes de la profunda interconexión: una problemática de salud mental subyacente o un periodo de alto estrés psicológico inevitablemente deterioran el descanso. A su vez, el descanso inadecuado actúa como un potente factor que exacerba los síntomas psicológicos preexistentes, creando un círculo vicioso que dificulta la mejoría del paciente.
Por consiguiente, nuestro enfoque terapéutico en Psicólogos Aldama, está diseñado para guiar al paciente hacia un estado de bienestar global, considerando sistemáticamente todos los factores moduladores, entre los cuales la optimización del descanso ocupa un lugar prioritario.

Beneficios de la terapia psicológica para la mejora de calidad del sueño
Dormir bien es fundamental para el bienestar integral y el rendimiento óptimo en todos los aspectos de la vida. Cuando logras un descanso de calidad y suficiente, revierte directamente los efectos negativos asociados con la privación del sueño.
Un descanso adecuado te proporciona una base sólida para funcionar adecuadamente:
- Energía y Vitalidad: Eliminas la fatiga y el malestar general, pudiendo sentir de nuevo motivación y energía renovada cada mañana.
- Función Cognitiva restaurada: Potencias tus capacidades mentales. Observarás una mejora significativa en la memoria, la concentración y la atención, permitiéndote procesar información y tomar decisiones con mayor eficiencia.
- Estabilidad Emocional: Se produce una regulación del estado de ánimo, reduciendo la irritabilidad y fomentando un balance emocional más estable. Esto, a su vez, mejora tu desempeño social, familiar y ocupacional/académico al facilitar interacciones más positivas.
- Comportamiento Equilibrado: Disminuye la probabilidad de experimentar hiperactividad, impulsividad o agresión, promoviendo un comportamiento más medido y adecuado al contexto.
- Seguridad y Productividad: Al estar en un correcto estado de alerta, se reduce drásticamente el riesgo de cometer errores y sufrir accidentes laborales o cotidianos. La mejora en la atención se traduce directamente en una mayor productividad y eficiencia en tus tareas.
En esencia, dormir bien es una inversión activa en tu salud física y psicológica, ayudando a asegurar el bienestar.
Cuando priorizamos el ritmo frenético de la vida actual sobre nuestro descanso, ignoramos que la calidad del sueño impacta directamente en la compleja química, electricidad y estructura de nuestro cerebro, desregulando el ciclo circadiano y alterando la homeostasis corporal. Desatender las fases del sueño puede provocar un deterioro significativo en la salud física y emocional, comprometiendo los procesos de desarrollo y la funcionalidad óptima de la persona. Si bien la neurociencia continúa su investigación para desentrañar los misterios que nos permitirán mejorar la calidad del sueño, la evidencia es irrefutable: fomentar hábitos de descanso saludables no es solo una recomendación, sino una medida preventiva esencial contra una amplia gama de afecciones físicas y mentales. Priorizar el sueño es invertir en una vida más saludable.
Bibliografía
Reinoso-Suárez, F. (2005). Neurobiología del sueño. Revista De Medicina De La Universidad De Navarra, 49(1), 10-17. https://doi.org/10.15581/021.7496
Carrillo-Mora P, Ramírez-Peris J, Magaña-Vázquez K. Neu-robiología del sueño y su importancia: antología para el estu-diante universitario. Rev Fac Med (Méx). 2013;56(4):11.
Aguilar, L. A. (05, 06, 2017) Neurociencia del sueño: rol en los procesos de aprendizaje y calidad de vida. Apuntes de ciencia & soledad, volumen 7 (2), p 104.https://journals.continental.edu.pe/index.php/apuntes/issue/view/38/29
Panseits Rojas , B. K. (2023). Calidad del sueño y la neurociencia. Revista Académica CUNZAC, 6(2), 88–95. https://doi.org/10.46780/cunzac.v6i1.102




