El embarazo es una etapa crucial en la vida de la mujer, marcada por cambios intensos a nivel personal, familiar y social. Este proceso no solo implica lo biológico, sino también lo psicológico, lo cual se manifiesta a través de la singularidad de cada mujer. En este contexto, comprender cómo el embarazo transforma el cerebro de la madre se ha convertido en una línea de investigación cada vez más relevante dentro de la neurociencia.
Durante un período aproximado de 40 semanas, el organismo de la futura madre atraviesa cambios fisiológicos considerables para sustentar el óptimo desarrollo del feto. Esto conlleva incrementos en el volumen sanguíneo, la tasa metabólica, el consumo de oxígeno y la modulación inmunológica. El inicio de estas adaptaciones rápidas se debe a la producción de hormonas fundamentales, como el estrógeno y la progesterona, que se multiplican entre 100 y 1.000 veces. A su vez, estas hormonas con función neuromoduladora también participan en la remodelación del sistema nervioso central.
Con el objetivo de comprender los cambios cerebrales maternos, un grupo de investigadores (Pritschet,L., Taylor,C.et al.) llevó a cabo un exhaustivo estudio de neuroimagen del embarazo. Para ello, una mujer primípara sana de 38 años fue monitoreada con 26 resonancias magnéticas (RM) y análisis de sangre desde 3 semanas antes de la concepción hasta 2 años posparto. A continuación, resumimos los hallazgos más significativos que se desprenden de este estudio.
El cerebro de la mujer se transforma durante el embarazo
Entre sus resultados observaron una reducción generalizada del volumen de materia gris cortical y del grosor cortical. Estos cambios en el cerebro se correlacionaron con el avance de la semana gestacional y el notable incremento en la producción de hormonas sexuales. La remodelación cerebral también fue evidente en estructuras subcorticales clave como el diencéfalo ventral, el caudado, el tálamo, el putamen y el hipocampo.
Gracias a imágenes de alta resolución y la segmentación del lóbulo temporal medial, identificaron reducciones volumétricas específicas en subcampos del hipocampo y la corteza parahipocampal .
A diferencia de estas disminuciones, los análisis de tractografía revelaron un aumento no lineal en la anisotropía cuantitativa de la materia blanca cerebral a medida que avanzaba la gestación. Esto sugiere una mayor integridad de los tractos neuronales durante el embarazo.
En resumen, sus hallazgos revelan los cambios altamente dinámicos que experimenta el cerebro humano durante el embarazo, demostrando una sorprendente capacidad de remodelación neuronal que se extiende hasta la edad adulta.
La neuroplasticidad es un factor clave en el embarazo
La investigación en modelos con animales y estudios con humanos confirma que el embarazo es un período de notable neuroplasticidad. El aumento en la producción de hormonas esteroides gestacionales impulsa la neurogénesis, el crecimiento de espinas dendríticas, la proliferación microglial, la mielinización y la remodelación de los astrocitos. Estos cambios celulares cerebrales son más pronunciados en las áreas del cerebro que inplican el comportamiento materno.
En humanos, se han observado reducciones en el volumen de materia gris después del parto, especialmente en regiones clave para el procesamiento de la teoría de la mente. Estos cambios en la materia gris, pueden persistir hasta seis años después del parto e incluso ser detectables décadas más tarde, lo que subraya la permanencia de esta remodelación cerebral significativa.
Sin embargo, en este estudio concluyen que los cambios cerebrales maternos durante la gestación son todavía poco comprendidos, ya que, los neurocientíficos aún carecen de un mapa detallado de cómo evoluciona el cerebro humano a lo largo del período gestacional.
Descubrimientos clave: El cerebro materno y la neuroplasticidad en el embarazo
Recientemente, investigadoras del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, han revelado que el cerebro de la madre experimenta cambios anatómicos significativos relacionados con la neuroplasticidad incluso antes del nacimiento. En su estudio, publicado en Nature Neuroscience ,comparan los cerebros de 110 mujeres en su primer embarazo con los de mujeres no gestantes, confirmando diferencias anatómicas cerebrales ya en el tercer trimestre.
Transformaciones cerebrales: de la gestación al posparto
Esta investigación se basa en un estudio previo (de hace seis años) del Marañón, que demostró cambios en la anatomía cerebral de las madres a los tres meses postparto, especialmente en la Red por Defecto, crucial para la autopercepción y la cognición social. Se halló una correlación directa: a mayor cambio cerebral, mejor vínculo materno-infantil. Investigaciones subsiguientes han confirmado que estas alteraciones en el cerebro materno persisten hasta los seis años postparto, asemejándose a los cambios de la adolescencia, lo que refuerza el concepto de matrescencia.
Impacto del parto y la salud mental materna
El estudio actual, liderado por Susana Carmona, María Paternina-Die y Magdalena Martínez, reevaluó a las participantes un mes después del parto. Se observó que algunos cambios cerebrales por la gestación revierten en el posparto (como los de la atención), mientras otros, como los de la Red por Defecto, parecen ser permanentes. A la luz de estos resultados, se sugiere una modificación cerebral de por vida tras el primer embarazo.
Asimismo, la investigación también analizó el tipo de parto. Los cambios cerebrales entre el tercer trimestre y el primer mes posparto variaron según si fue parto vaginal, cesárea de emergencia o cesárea programada. Esto sugiere que el trabajo de parto influye en la neuroplasticidad materna, independientemente del resultado final.
Además, se encontró que una mayor ansiedad en el embarazo se asocia con una peor experiencia de parto, lo que a su vez se vincula con más estrés posparto y un mayor riesgo de síntomas depresivos y un vínculo menos fuerte con el bebé.
Conclusión: Un cerebro materno dinámico
El trabajo del Hospital Gregorio Marañón subraya que embarazo, parto y postparto son procesos con cambios hormonales, inmunológicos y ambientales únicos. Este estudio pionero identifica que cada fase implica mecanismos de neuroplasticidad distintos, y resalta la necesidad de entender cómo cada uno moldea el cerebro materno diferencialmente. Este conocimiento es fundamental para crear modelos que ayuden a predecir, prevenir y tratar patologías perinatales como la depresión posparto, que afecta a casi una de cada cinco mujeres.
Bibliografía
Pritschet, L., Taylor, C.M., Cossio, D. et al. Cambios neuroanatómicos observados en el transcurso de un embarazo humano. Nat Neurosci 27, 2253–2260 (2024). https://doi.org/10.1038/s41593-024-01741-0