¿Sientes que tu deseo sexual ha disminuido o desaparecido? Si experimentas una falta de interés constante en el sexo, es posible que te preguntes qué está pasando. La pérdida de libido es un problema común que puede generar malestar y afectar tus relaciones.
En esta guía completa, exploramos a fondo las causas de la falta de deseo sexual, desde los cambios hormonales y el estrés, hasta los problemas de pareja y los efectos de ciertos medicamentos. Descubre cómo identificar los síntomas y cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda profesional.
¿Qué es la falta,pérdida o bajo deseo sexual?
Se considera que hay una pérdida o falta de deseo sexual cuando una persona experimenta una disminución o ausencia de fantasías y ganas de tener actividad sexual de forma constante o que se repite a lo largo del tiempo.
Para determinar si se trata de un problema, un especialista debe valorar la situación, tomando en cuenta la edad, el sexo y el contexto de vida del paciente. Se debe tener en cuenta que este trastorno provoca un malestar notable en la persona o genera dificultades en sus relaciones de pareja.
Cuando la persona padece falta o pérdida de deseo sexual, raramente toma la iniciativa para tener relaciones sexuales. Más bien, suelen participar solo cuando su pareja lo propone. Por otro lado, aunque la frecuencia de la actividad sexual es generalmente baja, en ocasiones, puede aumentar debido a la presión que sienten por parte de la pareja o busca satisfacer otras necesidades en la relación, como la intimidad emocional.
Causas de la disminución del deseo sexual
El deseo sexual hipoactivo representa una condición moderadamente prevalente en la población general y que puede manifestarse en cualquier individuo. La identificación de sus causas es fundamental para el desarrollo de estrategias terapéuticas efectivas. A continuación, se detallan los principales factores que modulan la libido, abarcando desde mecanismos endocrinos hasta variables psicosociales.
Factores Biológicos que afectan al deseo
Nuestro cuerpo experimenta diversas transformaciones a lo largo de la vida que pueden afectar al deseo sexual. Conocer estos cambios nos ayuda a entender por qué la líbido puede variar.
- Menopausia: En las mujeres, el periodo del climaterio, que rodea a la menopausia, suele venir acompañado de una reducción del deseo sexual. Esto ocurre principalmente por la disminución de estrógenos, lo que a menudo provoca sequedad vaginal y hace que el sexo sea incómodo. Solo un pequeño grupo de mujeres informa de una mejora en su vida sexual con la edad.
- Andropausia: Los hombres también pasan por una etapa similar, conocida como el climaterio masculino o síndrome de declinación parcial de andrógenos, que se relaciona con una menor líbido. La causa principal es el descenso de la testosterona.
- Embarazo y lactancia: Durante el embarazo, es normal que el deseo sexual disminuya, una experiencia que experimenta la mitad de las mujeres, según algunos estudios. La lactancia también puede tener un efecto negativo, no solo por los cambios hormonales, sino también por el cansancio que produce el cuidado del recién nacido.
- Cansancio crónico: La fatiga crónica es otra causa fisiológica importante.
- Estrés crónico: Por último, el estrés constante incrementa la producción de prolactina, una hormona que puede reducir el deseo sexual tanto en hombres como en mujeres.
Problemas de Salud que afectan a la libido
Enfermedades médicas
Diversas enfermedades físicas pueden afectar el deseo sexual. Algunas condiciones médicas que afectan con frecuencia son: la diabetes, enfermedades de los vasos sanguíneos, problemas de tiroides o del sistema nervioso central.
Trastornos de la salud mental
Diferentes problemáticas de salud mental pueden causar un bajo deseo sexual en las personas que las padecen. Algunos de los trastornos mentales que repercuten son los siguientes: La depresión, trastornos de ansiedad, problemas de adicción, etc.
Causas farmacológicas
Efectos secundarios de medicamentos
Algunos medicamentos utilizados para tratar problemas de salud mental, conocidos como psicofármacos, pueden tener efectos secundarios que influyen en la vida sexual de una persona. La disminución del deseo sexual es uno de los más comunes y se debe a cómo estos fármacos actúan en el cerebro. Es el caso de los antidepresivos ISRS y los antipsicóticos, los cuales, pueden disminuir el deseo sexual.
Factores psicológicos que repercuten en el deseo sexual
El deseo sexual es una experiencia compleja, que va mucho más allá de lo puramente físico. La investigación en el campo de la sexología ha demostrado que varios elementos interactúan y se influyen mutuamente, dando forma a la líbido de una persona. Entender estos factores puede ser el primer paso para mejorar tu vida sexual.
1. El tipo de estimulación
Tanto la mente como el cuerpo necesitan ser estimulados para que el deseo se active. Para algunas personas, el deseo puede surgir de forma espontánea, mientras que para otras, puede necesitar un «incentivo» para activarse. Por ejemplo, quizás te sientas más motivado por la conexión emocional con tu pareja que por el deseo físico en sí. Es importante reconocer qué te impulsa, ya sea el placer, la intimidad o la simple curiosidad, y entender que esa motivación puede evolucionar con el tiempo.
2. La dinámica de la relación de pareja
La calidad de una relación es fundamental para el deseo sexual. La conexión emocional, la comunicación y la intimidad actúan como cimientos. Una relación larga y estable puede ofrecer seguridad, pero también puede caer en la rutina si no se cuida. Si hay conflictos no resueltos o falta de comunicación es habitual que el deseo disminuya.
3. Habilidades y confianza sexual
La autopercepción de la competencia sexual juega un papel crucial en la manifestación del deseo. Es decir, la confianza en la propia capacidad para generar y experimentar placer, así como el conocimiento de las preferencias individuales y las de la pareja, influye directamente en la líbido.
Los individuos con una baja autoconfianza respecto a su imagen corporal, su desempeño sexual o su habilidad para excitar a su pareja, pueden experimentar una disminución significativa del deseo. Este fenómeno se debe a que el temor al fracaso o a la evaluación negativa se convierte en un factor inhibidor, interfiriendo con la activación de la respuesta sexual.
4. El contexto y el entorno
Un último factor de gran relevancia es el contexto en el que se desarrolla la actividad sexual. El deseo sexual no es un proceso aislado, sino que está intrínsecamente ligado al contexto en el que se desarrolla la vida de un individuo. El estrés, las preocupaciones, los problemas familiares o la falta de tiempo pueden repercutir severamente en cómo se manifiesta el deseo sexual. Por ejemplo, el estrés laboral, las preocupaciones financieras o las tensiones familiares actúan como inhibidores significativos de la respuesta sexual.
5.Actitudes hacia las relaciones sexuales
La manera en que percibimos y valoramos las relaciones sexuales tiene un impacto directo en nuestro deseo. Una persona que considera el sexo como algo natural y saludable tendrá más facilidad para desearlo. Las actitudes positivas hacia el sexo, como verlo como una fuente de placer, conexión o bienestar, facilitan la aparición de la líbido.
Por otro lado, las actitudes negativas pueden convertirse en un obstáculo importante. Esto incluye ver el sexo con culpa, vergüenza o como una obligación. Estas creencias pueden ser el resultado de una educación estricta, experiencias negativas o inseguridades personales. Cuando el sexo se asocia con emociones desagradables, la mente y el cuerpo tienden a evitarlo, lo que inhibe el deseo sexual de forma significativa. En este sentido, trabajar en tener una visión más sana y positiva de la sexualidad puede ser clave para recuperar la líbido.
¿Cuándo buscar ayuda psicológica para la falta de deseo sexual?
Como se ha comentado, la falta de deseo sexual es un problema complejo, influenciado por una variedad de factores que deberán ser tenidos en cuenta y evaluados por el profesional.
Es recomendable buscar ayuda psicológica de un especialista si:
- Experimentas malestar emocional: Si la falta de deseo sexual te afecta a nivel emocional, repercutiendo en tu bienestar general.
- Afecta a tu relación de pareja: Si la falta de deseo sexual está causando problemas en tu relación, como discusiones frecuentes o una creciente distancia emocional con tu pareja. Si os sentís perdidos y no conseguís encontrar una solución por vosotros mismos, es recomendable buscar ayuda profesional.
En Psicólogos Aldama, te ofrecemos la ayuda necesaria para que puedas mejorar tu vida sexual, mejorar la conexión con tu pareja o aclarar cualquier tipo de duda.
Bibliografía:
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