Origen del Efecto Halo
El efecto halo consiste en un sesgo o error cognitivo identificado por primera vez por el psicólogo estadounidense Edward Lee Thorndike.
Thorndike, habló acerca de este efecto en el año 1920 en su artículo “El error constante en las calificaciones psicológicas”.
En mencionado artículo, describía un experimento realizado a oficiales del ejército a quienes se les pedía que evaluaran las cualidades de los soldados. Observo que, cuando se valoraba alguna característica como positiva, se tendía a realizar una valoración general favorable de dicho soldado. Asimismo, aquellos que valoraban algún rasgo de manera negativa tendían a realizar una valoración negativa general de la persona.
A la luz de estos resultados, formuló el concepto de efecto halo.
En qué consiste el Efecto Halo
El Efecto Halo encuentra que las personas, a la hora de percibirnos entre nosotros, tendemos a realizar una valoración general (positiva o negativa) a partir de la valoración realizada sobre una característica en concreto.
Es decir, la calificación que hagamos de una característica personal de alguien, nos condiciona a que otorguemos la misma calificación al resto de cualidades de la persona. En otras palabras, a partir de una característica evaluamos todo el conjunto.
Por ejemplo, si se valora a una persona como buen profesional, es probable que se le otorguen a su vez otras características positivas, como simpatía, generosidad, etc.
El efecto halo es muy conocido desde la variable de la belleza, es decir, a las personas atractivas les atribuimos mayores características positivas. Sin embargo, como se ha señalado, se generaliza a cualquier rasgo positivo percibido.
El experimento de Nisbett y Wilson
Nisbett y Wilson realizaron un experimento en el que quisieron comprobar la veracidad del efecto halo.
Para ello, dividieron a unos estudiantes en 2 grupos, a los cuales, se les ponía el vídeo de un profesor respondiendo a unas preguntas.
En uno de los vídeos el docente se mostraba cálido y simpático en sus respuestas. En el otro, mostraba una actitud antipática y distante. Tras el visionado de los vídeos, se les pedía a ambos grupos que valoraran a dicho profesor en distintas cualidades. Nisbett y Wilson encontraron que aquellos que habían visto la primera grabación tendían a valorar al profesor de una manera positiva en diferentes características. Sin embargo, las personas del segundo grupo, mostraban atribuciones negativas hacia el docente.
¿Qué nos influye a la hora de percibir a las personas?
Distintos autores han estudiado cuáles son las variables que nos influyen a la hora de formarnos impresiones hacia una persona.
Entre las diferentes teorías, destaca la propuesta por Morales y Clbs en el año 1999.
Estos autores, mencionan 9 variables presentes en el perceptor a la hora de evaluar a las personas con las que interactúa:
- Las expectativas generadas sobre la persona. Por ejemplo, cuando nos han hablado muy bien de alguien y esperamos encontrar a una persona amable, esto facilita que la veamos agradable.
- Las motivaciones del perceptor. Es decir, percibimos en el resto lo que queremos ver.
- Los objetivos. Esto es, sesgamos la información que nos transmite una persona en función del motivo de la comunicación.
- El estado de ánimo del perceptor influye en la impresión que se genere.
- La familiaridad que exista con la persona facilita o dificulta generarse impresiones elaboradas. Por consiguiente, cuanto más encuentros haya con el individuo, más probable que se generen percepciones complejas.
- El valor del estímulo. Cuando el valor del estímulo es grande, dicho estímulo se percibirá mayor de lo que es en realidad.
- El efecto halo.
- La defensa perceptiva. Esto es, prestamos atención de forma más temprana a todo aquello que supone una amenaza.
- La perspicacia perceptiva. Por ello, atendemos antes a todo aquello que nos puede reportar un beneficio o satisfacción.
Bibliografía
La bibliografía proporcionada ofrece una variedad de perspectivas y estudios relevantes para comprender el fenómeno del efecto halo y su impacto en la percepción humana.
El artículo de Arias Castilla y Carmen Aura (2006) en «Horizontes Pedagógicos» proporciona un análisis de los enfoques teóricos sobre la percepción humana. Este recurso es valioso ya que ayuda a contextualizar el efecto halo dentro de un marco más amplio de comprensión psicológica. Explora cómo las personas perciben e interpretan la información, lo que es fundamental para comprender cómo surge el efecto halo en nuestras evaluaciones de los demás.
El estudio de Harold Sigal y David Landy (1974), publicado en la «Revista de Personalidad y Psicología Social», titulado «La belleza es talento: Evaluación de la tarea en función del atractivo físico del intérprete«, ofrece una mirada específica sobre cómo la atracción física puede influir en la evaluación de las habilidades y el rendimiento de una persona. Este estudio proporciona una base importante para comprender cómo los estereotipos y prejuicios pueden influir en la percepción y evaluación de las personas, lo que es relevante para el efecto halo, especialmente en su manifestación relacionada con la belleza.
Por último, el artículo de Arboccó (2017) en «El Peruano» ofrece una referencia específica a un experimento relevante para el estudio del efecto halo. Si bien no proporciona detalles sobre el contenido del experimento, la mención de este recurso sugiere que puede ofrecer información adicional sobre cómo se manifiesta el efecto halo en situaciones concretas, lo que enriquece nuestra comprensión del fenómeno.