Trastorno de estrés postraumático complejo
El trastorno de estrés postraumático complejo (TEPT complejo) es un problema de salud mental producido por la vivencia de sucesos altamente adversos y amenazantes. Como consecuencia, la persona desarrolla una serie de dificultades que pueden agruparse en las 3 categorías siguientes:
1) Dificultades en la regulación emocional, lo cual, les lleva a problemas en las diferentes áreas vitales. Por ejemplo, tienen dificultades en la familia, trabajo, pareja, etc.
2)Daños en el autoconcepto, manifestando problemas graves en la identidad y en la autoestima. Es frecuente percibirse como carentes de valor.
3) Problemas en las relaciones interpersonales. En concreto, presentando grandes dificultades para mantener relaciones y crear vínculos cercanos y de intimidad.
Por su parte, Van der Kolk et al (2005), reconocido autor por su estudio sobre el trauma indica que el contexto generador de trauma debe iniciarse en la infancia. Asimismo, indica que se presentan diversas alteraciones emocionales y conductuales, incluyendo dificultades en la regulación de afectos e impulsos, modulación del enfado, y conductas autodestructivas, como la ideación suicida y la toma de riesgos excesiva.
También, se observa alteración de la conciencia y problemas somáticos como dolor crónico y síntomas cardiopulmonares. La auto-percepción se ve afectada, generando sentimientos de inefectividad, culpa, vergüenza y desesperanza. Además, hay distorsiones en la percepción de los demás, especialmente del agresor, lo que puede llevar a la idealización y preocupación por lastimarlo. Las relaciones interpersonales se ven comprometidas, dificultando la confianza y la intimidad, y se pueden experimentar re-victimización y victimización de otros. Finalmente, hay una alteración en los sistemas de creencias y una pérdida de creencias importantes.
Origen de la Disociación
El concepto de disociación fue planteado por primera vez por el psiquiatra Pierre Janet. Janet observó que, en ciertas circunstancias, algunos automatismos mentales podían separarse del resto de la conciencia, operando de manera independiente y sin el control voluntario de la persona. Por lo tanto, indicaba que en momentos de estrés o trauma, la mente podía fragmentarse, lo que resultaba en una falta de integración entre diferentes aspectos de la personalidad.
Janet planteaba una ruptura en la vida mental que normalmente está compuesta por diversos componentes que funcionan unidos. Cuando hay disociación, algunas partes de la experiencia o de la identidad se quedarían desconectadas, lo que podía llevar a dificultades en la percepción de uno mismo y del entorno.
Por último, Janet explicaba que los mecanismos de disociación estaban en la base de la histeria.
Definición y características de la disociación
La característica esencial de la disociación es la alteración de la adecuada integración de la identidad, sensaciones, emociones, movimientos corporales, recuerdos y pensamientos.
Los síntomas se pueden presentar de manera repentina, gradual, transitoria o crónica. La fluctuaciones tienen causa psicológica. Por ejemplo, la persona está en presencia de su madre que la maltrataba y experimenta entonces síntomas de disociación.
La causa de la alteración de diferentes funciones integradoras es psicológica. Normalmente, la disociación responde a situaciones traumáticas estando muy presente este síntoma en personas con diagnóstico de Trastorno por Estrés Postraumático Complejo (TEPT complejo)
Cabe señalar, que la disociación es entendida de diferentes formas por distintos autores. Por un lado, están los que plantean que debe entenderse como un continuo que abarca desde una disociación normal (ej. quedarse absorto), la cual, todos experimentamos en menor o mayor medida en nuestra vida diaria; a la disociación de tipo patológica, donde se encuentran los diferentes trastornos adaptativos. Sin embargo, existen autores que la entienden como un mecanismo únicamente patológico.
Relación entre trauma complejo y disociación
La disociación es un mecanismo de defensa que posibilita lidiar con experiencias traumáticas difíciles de procesar de manera simultanea, ya que, resultarían abrumadoras y difíciles de entender. Por ejemplo, la madre que por un lado me cuida y, por otro lado, me agrede físicamente. Debido a ello, los recuerdos y emociones se almacenarían en sistemas mentales separados.
Sin embargo, esta división puede dificultar la integración de la experiencia y la creación de una identidad coherente.
Al contrario, una personalidad bien integrada es aquella que tiene una visión clara de sí misma, de los demás y del mundo que la rodea. Esto implica no solo una buena capacidad para adaptarse a diferentes situaciones, sino también habilidades para regular las emociones y reflexionar sobre las experiencias. Es un equilibrio que permite a las personas desenvolverse por la vida de manera más efectiva y saludable.
Por lo tanto, los síntomas disociativos tratan de proteger a la persona ante experiencias traumáticas abrumadoras. Por ejemplo, su mente puede recurrir a respuestas automáticas como el olvido, la fragmentación o el embotamiento emocional para protegerse del dolor. Estas reacciones pueden manifestarse de diferentes maneras, como la despersonalización, la desrealización o incluso la amnesia.
Dicho de otra forma, la disociación ayuda a la persona a mantener de manera inconsciente su estabilidad en dos realidades contradictorias.
4 Síntomas disociativos presentes en el trauma complejo
A continuación, expondremos 4 alteraciones disociativas que suelen encontrarse en personas víctimas de una situación de trauma complejo. Siendo la identidad disociativa el que presenta una mayor gravedad por las implicaciones que conlleva en la actividad cotidiana de la persona.
Amnesia disociativa
Se refiere a la dificultad para recordar datos personales significativos, a menudo, relacionados con experiencias traumáticas, que no se pueden atribuir simplemente al olvido normal. La información que se encuentra fuera de la conciencia puede afectar el comportamiento de manera indirecta. La duración y el grado de esta amnesia pueden fluctuar, pero hay un núcleo constante que permanece inaccesible durante la vigilia.
Despersonalización
La despersonalización se refiere a vivencias en las que una persona siente que está desconectada de su propia realidad, experimentando una sensación de distanciamiento o actuando como un espectador de sus propios pensamientos, emociones, sensaciones, cuerpo o comportamientos. Por ejemplo, es frecuente la percepción de actuar como un autómata pareciendo que están sus movimientos en manos de un ente externo. Asimismo, mientras la persona está en el episodio de despersonalización muestra un sentido de realidad intacto.
Desrealización
La desrealización implica vivir momentos en los que el entorno parece irreal o distante. En estas situaciones, las personas y los objetos pueden percibirse como si fueran parte de un sueño, con una apariencia distorsionada. Al igual que en la despersonalización, durante este episodio la persona mantiene el sentido de realidad.
Identidad disociativa
El trastorno de identidad disociativa se define por una alteración en la identidad que implica la presencia de dos o más estados de personalidad diferentes, conocidos como identidades disociativas. Estos estados se asocian con interrupciones notables en la percepción de uno mismo y en la capacidad de actuar. Cada identidad tiene su propio conjunto de experiencias, formas de percibir el mundo, así como, maneras de relacionarse con el yo, el cuerpo y el entorno. Asimismo, al menos dos de estas identidades pueden tomar el control de la conciencia y del comportamiento del individuo de manera recurrente, afectando su interacción con los demás y su desempeño en actividades cotidianas, como la crianza o el trabajo, especialmente en situaciones que se perciben como amenazantes.
Bibliografía
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