¿Sientes una presión constante por ser perfecto? ¿Te cuesta mostrar tus emociones o pedir ayuda?
Quizás has notado que, a pesar de tus esfuerzos, el agotamiento y la sensación de soledad te persiguen. Es posible que estas luchas provengan de una herida de injusticia, una herida emocional que se forma en la infancia y que afecta profundamente la forma en que te relacionas contigo mismo y con el mundo.
En este artículo, te invitamos a explorar qué causa la herida de injusticia, cómo se manifiesta en la vida adulta y cómo puedes comenzar a mejorar tu bienestar emocional.
¿Por qué se crea la herida de injusticia?
La herida de la injusticia surge cuando, en la infancia, una persona crece en un ambiente con figuras de referencia frías, autoritarias y excesivamente exigentes.
Se crea cuando los cuidadores invalidan constantemente los sentimientos y las opiniones del niño. De la misma forma, se manifiesta al imponer expectativas poco realistas y demasiado altas a lo largo de la infancia.
Estos comportamientos no permiten que el niño se exprese y desarrolle libremente. Ya que, sufren constantes correcciones por cómo se comportan, qué piensan o cómo se sienten. Con el tiempo, el niño afectado se siente tan presionado que no logra mostrarse tal y como es, creyendo que sus opiniones y deseos no tienen importancia.
A continuación, te dejamos otros artículos escritos en nuestro blog sobre las heridas emocionales:
▷ Herida de Rechazo: Qué es, Síntomas y cómo sanarla
▷ Herida de abandono. Causas e impacto en la vida adulta
Cómo se manifiesta la herida de injusticia en adultos
Tal y como mencionamos en publicaciones previas sobre las heridas emocionales, es frecuente que las personas traten de protegerse a través de mecanismos de defensa concretos.
Las personas creen que, al usar estos mecanismos de defensa, se cuidan. Sin embargo, esta respuesta solo hace que las heridas emocionales se fortalezcan. A medida que una herida se alimenta, el dolor se intensifica, y la reacción se vuelve más fuerte, rápida y duradera.
En el caso de la herida de injusticia, la tendencia es cuidarse mostrando una imagen de perfección, fortaleza y autocontrol.
A continuación, exploramos las formas más comunes de comportamiento en las personas que sufren la herida de injusticia. Cabe señalar, que cada persona es única y esta herida se le expresará de diferentes maneras. No obstante, la investigación en este campo ha ayudado a identificar unos puntos en común que frecuentemente se manifiestan en estas personas.
Evita mostrarse vulnerable ante otros
- Siempre parece lleno de energía y vitalidad: A menudo, la persona con herida de injusticia se esfuerza por proyectar una imagen de fortaleza inquebrantable, incluso cuando está al límite del agotamiento. Un ejemplo, es el de la madre o padre de familia que, a pesar de llevar una época descansando mal atendiendo a su hijo enfermo, insiste en que no necesita ayuda y que «está perfectamente».
- Niega sus problemas: Le resulta difícil admitir que tiene algún problema. Si llega a hacerlo, rápidamente le quita importancia, minimizando lo sucedido o la repercusión que ha tenido sobre él o ella. Por ejemplo, si un amigo le pregunta por un problema que tuvo con su pareja, podría decir: «Sí, tuvimos una pequeña discusión, pero no es nada grave. Ya está solucionado y ni siquiera me molestó».
- Optimismo forzado: Siempre trata de proyectar una imagen de persona optimista, sin importar lo complicada que pudiera llegar a ser su situación. Rara vez se le ve triste o frustrado, ya que, evita mostrar cualquier emoción que pudiera considerarse de debilidad.
- Exceso de control y perfeccionismo: Se niega a sí mismo la posibilidad de cometer errores y siempre busca la perfección en todo lo que hace. Esta autoexigencia tiene un impacto negativo en su bienestar, provocándole una profunda frustración cada vez que falla y haciendo que se castigue duramente cuando se equivoca.
Baja autoestima y dificultades en las relaciones con los demás
- Evita mostrar sus sentimientos: Esconden sus sentimientos por miedo a sentirse vulnerables y juzgados por los demás. A su vez, temen perder el control de sus emociones y tratan de mantenerlas bajo control. Esto puede hacer que parezcan personas frías. Como consecuencia, les resulta complicado vincularse de manera íntima y significativa con los demás. Es frecuente, que no cuenten con una red cercana de apoyo.
- Problemas en la autoestima. Se valora por lo que hace, no por quién es. Siente que el valor que tiene para los demás está directamente ligado a sus logros y a la imagen de perfección que proyecta. A su vez, el concepto sobre sí mismo depende en exceso de la imagen que cree tienen los demás sobre él. Por todo ello, está en una búsqueda constante de la excelencia y exigiéndose constantemente ser mejor.
- Autosabotaje: Con frecuencia, se autosabotean justo cuando están a punto de lograr sus metas. Este comportamiento, aunque parezca contradictorio, es una forma de protegerse. Por un lado, temen la presión que conlleva el éxito y la obligación de mantener un ideal de perfección inalcanzable. Por otro, subyace una creencia de que no merecen la felicidad o el éxito. Por lo tanto, al boicotearse, evitan enfrentarse a la posibilidad de fracasar, reafirmando su sensación de no ser lo suficientemente buenos y válidos.
- Celos y Envidia: En la herida de injusticia, los celos están ligados a la necesidad de reconocimiento. Nacen de una profunda necesidad de ser reconocido por todo aquello que logran. Quienes padecen esta herida anhelan ser quienes destaquen y reciban la valoración positiva de los demás. Cuando sienten que sus esfuerzos no son valorados o que alguien más recibe el mérito que creen merecer, se activa en ellos un intenso sentimiento de injusticia, lo que detona sus sentimientos de celos.
Terapia psicológica para la herida de injusticia: Cómo sanar y recuperar tu bienestar
En Psicólogos Aldama, entendemos que las heridas emocionales no sanadas, como la herida de injusticia, pueden afectar a tu bienestar y a tu calidad de vida. Nuestro objetivo es acompañarte a lo largo del proceso de terapia para que puedas identificar, entender y, finalmente, sanar esta herida.
A través de un proceso de terapia psicológica adaptado a ti, te ayudaremos a trabajar en aspectos clave para recuperar tu equilibrio emocional. Nuestro enfoque no solo busca aliviar el dolor, sino también construir una base sólida para tu futuro.
A través del proceso terapéutico, abordamos aspectos como los siguientes:
- Conocerte mejor: Iremos más allá de la herida para que descubras quién eres realmente, con tus fortalezas, deseos y necesidades auténticas.
- Aprender a valorarte: Te guiaremos para que reconozcas tu valía personal, sin basarla en la perfección o en la aprobación de los demás.
- Cuidar de ti mismo: Te daremos herramientas prácticas para que desarrolles una relación más sana contigo mismo y aprendas a cuidarte de forma autónoma.
- Crear relaciones sanas: Te ayudaremos a establecer vínculos más auténticos y significativos, liberándote de los miedos que te impiden conectar de verdad con los demás.
- Aliviar el sufrimiento que genera la herida de injusticia.
En Psicólogos Aldama, estamos aquí para ayudarte en este camino. Si sientes que la herida de injusticia está afectando tu vida y quieres empezar a trabajar en tu bienestar, te invitamos a contactarnos.
Bibliografía
Bourbeau, L. (2011). Las 5 heridas que impiden ser uno mismo. Ediciones Obelisco
Orihuela, A. (2015). Los vínculos que curan: Una mirada a los efectos del apego en el desarrollo emocional y psicológico. Editorial Pax.