¿En qué puede ayudarme la psicología perinatal?
La psicología perinatal ofrece acompañamiento a las madres, padres y parejas a lo largo de la gestación, el embarazo y el postparto. Se enfoca en brindar apoyo durante un periodo de grandes cambios y desafíos.
Durante estos tres momentos, se pueden presentar una serie de desafíos significativos, tanto a nivel físico como psicológico. En ocasiones, las personas deberán enfrentar obstáculos complejos que pueden generar una considerable carga psicológica. Estos desafíos pueden incluir:
- Infertilidad o dificultades para concebir que se prolongan en el tiempo.
- Sufrir pérdidas gestacionales.
- La necesidad de recurrir a tratamientos de reproducción asistida, lo que a menudo conlleva un alto nivel de estrés y autoexigencia.
- Conflictos y desgaste en la relación de pareja.
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La gestión de expectativas es un aspecto crucial durante el embarazo, ya que la realidad a menudo difiere de las idealizaciones previas. Es común que las mujeres embarazadas y sus parejas se enfrenten a una brecha entre lo que imaginaron vivir y lo que realmente experimentan. Por ejemplo, es posible que, durante los meses de gestación, la alegría esperada no se manifieste de la forma deseada. Esta discrepancia entre la idealización de la experiencia y la realidad emocional puede generar preocupación y ansiedad en los futuros padres. Entender que las emociones son complejas y que no siempre se alinean con las expectativas es el primer paso para gestionar estos sentimientos de manera saludable.
- Aparición de problemáticas de salud mental como trastornos de ansiedad o el trastorno depresivo. A su vez, si se padecieran de manera previa, durante este cambio vital podrían intensificarse en sus síntomas y volverse más incapacitantes.
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Problemas de adaptación a la maternidad o paternidad.
Sentimientos y emociones asociados en estas etapas
Durante este proceso, es posible experimentar una serie de emociones complejas, tales como:
- Sentimientos de culpa: A menudo surgen preguntas como «qué estoy haciendo mal» o «algo está mal en mí», lo que puede generar una intensa autoexigencia y sufrimiento.
- Irritabilidad y tristeza: La ira o el enojo pueden manifestarse como una forma de camuflar la profunda tristeza subyacente. Esta irritabilidad, si no se gestiona adecuadamente, puede llevar a comportamientos hostiles o a conflictos con el entorno cercano.
- Envidia: La envidia, un sentimiento natural en estas circunstancias, puede volverse desadaptativa si no se procesa correctamente. La incapacidad para manejarla puede generar conflictos internos y con las personas del entorno social, especialmente con aquellas que logran un embarazo.
Entender y gestionar estas emociones es fundamental para preservar el bienestar y la calidad de vida durante este proceso.
Acompañamiento especializado para tu bienestar
En Psicólogos Aldama, ofrecemos un acompañamiento experto diseñado para que puedas transitar este proceso con serenidad y confianza. Nuestro objetivo principal es fortalecer tus recursos internos, prevenir el desarrollo de patologías y proporcionarte un espacio de escucha libre de juicios. Te invitamos a contactarnos para iniciar su proceso de cuidado personal.
Entendiendo la depresión perinatal
Algunas mujeres viven el embarazo y el nacimiento de sus bebés como un periodo lleno de ilusión y sentimientos en su mayoría positivos. Sin embargo, otras transitan por este momento de sus vidas con síntomas como una intensa tristeza y ansiedad, entre otros.
Según los datos aportados por la OMS, en los países de mayores ingresos, la depresión perinatal afecta a una de cada diez mujeres, mientras que esta cifra se duplica en los países en vías de desarrollo, donde la padece una de cada cinco mujeres.
La depresión perinatal es un trastorno del estado de ánimo que puede desarrollarse en la madre durante algún momento desde que se inicia su embarazo hasta los doce meses posteriores al nacimiento del bebé. Cuando comienza durante el periodo de gestación recibe el nombre de depresión prenatal. En el caso de desarrollarse una vez la madre da a luz, se la denomina depresión postparto.
A pesar de compartir los síntomas presentes en el trastorno depresivo mayor, lo que principalmente diferencia a la depresión perinatal, son las consecuencias que produce en la madre, en el desarrollo del bebé y en el vínculo emocional que se forma entre ambos.
Síntomas del trastorno depresivo mayor
1 o más de los siguientes síntomas deben estar presentes durante al menos dos semanas:
- Sentimientos de tristeza intensa presentes durante la mayor parte del día.
- Pérdida notable de la capacidad para sentir interés o gratificación.
5 o más de los siguientes síntomas, presentes casi todos los días por un período de al menos dos semanas:
- Cambios bruscos de peso.
- Insomnio o hipersomnia.
- Agitación o enlentecimiento psicomotor.
- Sensación de pérdida de energía.
- Sentimientos intensos de inutilidad o de culpa.
- Alteraciones cognitivas.
- Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida.
Depresión perinatal: ¿Cómo diferenciarla del ‘Baby Blues’?
Los síntomas de la depresión perinatal varían de una mujer a otra, ya que, no todas padecen las mismas alteraciones ni en la misma intensidad. Sin embargo, es importante distinguirlo de la «tristeza posparto» o baby blues. Término que se utiliza para referirse a los cambios de humor leves y transitorios que pueden experimentar muchas mujeres una vez dan a luz. Estos síntomas, incluyen preocupación, tristeza o cansancio, pero no llegan a ser incapacitantes ni a formar un cuadro clínico de relevancia. Además, remiten de forma espontánea, es decir, desaparecen sin necesitar de aplicar un tratamiento específico para ellos. Por su parte, la depresión perinatal sí que presenta mucha relevancia tanto para la salud de la madre como la del bebé y requiere de acompañamiento profesional.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión perinatal?
- Presencia de un estado de ánimo formado por sentimientos constantes de tristeza, ansiedad o vacío.
- Impacto en la relación con el bebé: tener problemas para establecer un vínculo emocional con el bebé.
- Albergar pensamientos sobre la muerte, dañarse a si misma o dañar al bebé. En ocasiones, presencia de intentos de suicidio.
- Experimentar sentimientos de culpa muy intrusiva.
- Pérdida de interés y gratificación en aquellas actividades que solían ser placenteras para la mujer.
- Cansancio extremo, no explicable por las circunstancias naturales presentes. Por ejemplo, durante el embarazo algunas mujeres sufren insomnio y en el nacimiento de sus bebes el cuidado de los mismos puede disminuir las horas de sueño. Esto generaría una sensación natural de fatiga, sin embargo, en la depresión perinatal se manifestaría de manera mucho más intensa.
- Insomnio (dificultades para dormir) o hipersomnia (dormir en exceso).
- Dificultades para atender, concentrarse y recordar información.
- Alteraciones significativas en el apetito (en exceso o en defecto).
- Padecer dolores o molestias físicas sin que exista causa orgánica que las explique.
- Sentimiento de irritabilidad constante.
- Percibirse incapaz de manejar el día a día y dudar constantemente de su propia capacidad para cuidar al bebé.