Puede que, mucha gente no sepa qué es el estrés, pero si preguntamos a un grupo de personas qué opinión tienen, nos respondan que les gustaría poder eliminar el estrés de sus vidas.
Probablemente, recuerden momentos adversos de su día a día donde sienten esta respuesta y la valoren poco útil e incómoda. También, es posible que refieran etapas vitales donde se han sentido irritadas, inquietas, con dificultades para dormir…y, todo ello, facilite agrupar al estrés dentro de unos síntomas aversivos.
Ciertamente, genera incomodidad; sin embargo, lo necesitamos para adaptarnos al entorno.
El estrés, es una respuesta que se genera en nuestro organismo y tiene como objetivo ayudarnos a adaptarnos a demandas externas o internas. Mediante esta respuesta, nuestro cerebro trata de que recuperemos el equilibrio que ha alterado dicho estresor.
Es por ello que, no tiene en si mismo una naturaleza aversiva. Sin embargo, puede generarnos problemas si se mantiene con una duración e intensidad inadecuadas.
¿Cuáles son los síntomas del estrés?
Cuando sentimos estrés, son diversos los síntomas que podemos percibir. Estos síntomas, dependen de factores personales y de la naturaleza del estresor. A continuación, plantearemos los más habituales:
- Síntomas físicos:
- Aumento de la tasa cardiaca.
- Incremento de la sudoración.
- Sequedad en la boca.
- Dolor de estómago.
- Tensión muscular.
- Aumento de la tasa respiratoria.
- Temblores.
- Síntomas cognitivos:
- Dificultades en la concentración y la memoria.
- Alteraciones atencionales.
- Rumiaciones.
- Dificultad en la toma de decisiones.
- Pensamiento catastrofista.
- Síntomas emocionales:
- Irritabilidad.
- Ánimo triste.
- Inestabilidad emocional.
- Llanto frecuente.
- Apatía.
Tipos de estrés
Agudo
Tiene una duración breve. Se produce cuando reaccionamos ante demandas externas que valoramos como amenaza o reto. Esta evaluación hace que se produzca una activación fisiológica que tiene como objetivo poder adaptarnos a la situación. Dejamos de sentir la activación cuando cesa nuestra interacción con el estresor.
Ejemplos donde puede aparecer estrés agudo:
- Realizar una entrevista de trabajo.
- Primera cita con alguien que nos genera interés.
- Perder el autobús.
- Dar una charla ante personas ajenas a nuestro entorno cercano.
- Sufrir un accidente de tráfico.
Crónico
Ocurre cuando las respuesta se prolonga en el tiempo.
Puede haber dos aspectos por los que se ocasiona este tipo de estrés crónico:
- Puede proceder de una sobredemanda externa a la que no es posible adaptarse. Por ejemplo: sufrir acoso laboral, vivir una guerra, sobrecarga de tareas diarias, no tener recursos económicos suficientes…
- La persona realiza valoraciones erróneas de lo que ocurre o va a ocurrir, que le hacen preocuparse y generan estrés. Por ejemplo: anticipar situaciones futuras adversas, percibirse no suficientemente capaz para afrontar cuestiones cotidianas, pensar que le van a despedir y no podrá pagar sus facturas,…
Si deseas obtener más información sobre el estrés crónico, te recomendamos explorar los recursos proporcionados por la American Psychological Association (APA). Visita su página dedicada al tema donde encontrarás análisis detallados, investigaciones actuales y consejos prácticos para comprenderlo un poco mejor.
El estrés puede beneficiarnos
Como hemos planteado con anterioridad, el estrés no es en todos los casos nocivo para el ser humano. Por el contrario, cuando es de una intensidad moderada y tiene una duración breve puede resultar beneficioso.
De hecho, sentir estos picos de activación nos ayuda a iniciar tareas, mantener la atención, llegar a tiempo a los sitios, etc.
La conocida Ley de Yerkes-Dodson señala esta relación entre estrés y rendimiento, explicando que los niveles de estrés moderado favorecen nuestro desempeño. Esta Ley plantea que cuando nos encontramos con niveles óptimos de estrés, mejora nuestra toma de decisiones, se genera un estado emocional que nos facilita la ejecución y, en resumen, nos acerca a poder cumplir con nuestros objetivos.
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