La relación entre la ética y la psicología, surgida de una mayor conciencia sobre la dimensión moral de la práctica psicológica a lo largo del siglo XX, ha llevado a la creación de códigos de ética en la profesión de psicología. Un ejemplo de ello, es el código formulado por la Asociación Americana de Psicología (APA), que establece los principios éticos esenciales para la práctica de esta profesión.
Dicho código, ofrece un conjunto compartido de principios y reglas que sirven de base para el trabajo científico y profesional de los psicólogos. Su propósito es establecer directrices concretas que abarquen la mayoría de las situaciones que los psicólogos pueden enfrentar. Los objetivos principales de este código son promover el bienestar, así como, proteger a las personas a las que se dirige el trabajo psicológico.
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Regulación de la Psicología: El Código de Ética
El código de ética que se detallará a continuación, data del año 2002. Cabe señalar, que el original se publica en el año 1992. Este último, se trata de una actualización del código ético inicial. A partir de él, se han desarrollado otros persiguiendo el mismo objetivo: ofrecer a los psicólogos una orientación de conducta en el ejercicio de su profesión.
Mencionado código, lo realiza la a Asociación Americana de Psicología (APA). Por un lado, señala los principios generales que de forma ideal estarían presentes en la profesión de psicología. No obstante, no existe la obligatoriedad de ser cumplidos. En el artículo de hoy, expondremos estos principios generales.
Por otro lado, expone las normas éticas que sí deben cumplirse dentro del ejercicio de la profesión de psicólogo.
«Los psicólogos están comprometidos a incrementar su conocimiento científico y profesional sobre la conducta y la comprensión de las personas sobre sí mismas y sobre otros y al uso de ese conocimiento para mejorar las condiciones de los individuos, las organizaciones y la sociedad. Los psicólogos respetan y protegen los derechos humanos y civiles, y la importancia fundamental de la libertad de expresión y de indagación en la investigación, docencia y publicación. Se esfuerzan por ayudar al público a desarrollar juicios y elecciones con información sobre el comportamiento humano. Para ello, se desempeñan en distintos roles, tales como investigador, docente, evaluador diagnóstico, terapeuta, supervisor, consultor, administrador, interventor social y testigo experto».
¿Qué debería guiar el trabajo del psicólogo o psicóloga?
Como se ha señalado anteriormente, los Principios Generales se elaboran con el objetivo de infundir una conducta ética modelo. Sin embargo, no constituyen obligaciones del psicólogo. No obstante, cuando se tienen en cuenta y se trata de respetarlos en lo posible, el psicólogo se acerca al desarrollo de una labor científica y profesional.
A continuación, expondremos detalladamente cuáles son los 5 Principios Generales de la Psicología:
1. Beneficencia y No maleficencia
Los psicólogos tratarán siempre de beneficiar a aquellas personas con las que trabajan (beneficencia), así como, procurarán no lastimarlas (no maleficencia).
Cuando se ejerce la profesión de psicología, se debe tener presente que todas las acciones que se desarrollan en la misma pueden repercutir en la vida de otras personas. Por ejemplo, cuando se trabaja en el ámbito sanitario, el paciente deja en manos del psicólogo su evaluación, tratamiento y, en resumen, su salud psicológica y física. En el área de la investigación, el desarrollo de los estudios científicos y sus resultados afectan también a los participantes del estudio y a la población. Por lo tanto, la profesión de psicología debería ejercerse atendiendo de manera constante a este principio de beneficencia y no maleficencia, para tratar que el impacto generado en otras personas sea favorable.
El psicólogo, deberá velar por no poner en riesgo a la persona o paciente, procurando evitar cualquier práctica que pudiera resultar perjudicial. Sin embargo, puede ocurrir que situaciones conflictivas dificulten el alcanzar de forma plena estos 2 principios. En esos casos, se deberá intentar de manera responsable reducir lo daños que pudieran ocasionarse.
2. Fidelidad y Responsabilidad
La psicología es ejercida a partir de una relación de confianza. Los psicólogos deben ser conscientes de sus responsabilidades tanto profesionales como científicas hacia la sociedad y las comunidades en las que operan. Por otro lado, se adhieren a las normas de conducta profesional, definen sus roles y obligaciones, aceptan la responsabilidad por sus acciones y se esfuerzan por manejar cualquier conflicto de interés que pueda generar un daño.
Además, los psicólogos consultan, se comunican y colaboran con otros profesionales e instituciones cuando es necesario para actuar en beneficio y cuidado de quienes se ponen en sus manos. También, atienden a que sus compañeros de profesión realicen un cumplimiento ético de las conductas científicas y profesionales. El beneficio personal que obtienen los psicólogos en el ejercicio de su profesión es muy bajo o nulo.
3. Integridad
Los psicólogos tienen como objetivo fomentar la precisión, la integridad y la verdad en el ámbito científico, la enseñanza y la práctica profesional de la psicología. Los psicólogos no cometen robos ni engaños, ni participan en fraudes, artimañas o distorsiones deliberadas de la realidad. Al contrario, se esfuerzan por cumplir sus compromisos, así como, rehúyen de aceptar compromisos que resultan ambiguos o irresponsables. En casos en los que el uso del engaño pueda justificarse éticamente para reducir el daño, los psicólogos deben considerar cuidadosamente la necesidad de tal acción, las posibles repercusiones y la responsabilidad de restaurar la confianza perdida o mitigar otros efectos negativos derivados del uso de estas estrategias.
En otras palabras, el principio ético de la integridad pone en valor la honestidad, el respeto y la sinceridad en lo que a las interacciones profesionales se refiere.
4. Justicia
Las personas que ejercen la psicología entienden que la equidad y la justicia son esenciales para garantizar que todas las personas puedan acceder y beneficiarse de los conocimientos y contribuciones de dicha ciencia. Asegurando, a su vez, una calidad homogénea en los procesos, métodos y servicios que ofrecen. Asimismo, los psicólogos emplean un criterio sensato y toman las medidas necesarias para evitar que sus posibles sesgos, sus límites de capacidad y conocimiento, así como, las limitaciones de su experiencia den lugar a prácticas injustas o las avalen.
En resumen, la justicia es aquel principio ético que salvaguarda que todas las personas sean tratadas de manera imparcial y con respeto. Es decir, que no se realicen distinciones entre unas personas u otras.
5. Respeto por los derechos y la dignidad de las personas
Los psicólogos reconocen y valoran la dignidad de cada persona, así como, su derecho a la privacidad, la confidencialidad y la capacidad de tomar decisiones por sí mismas. Son conscientes de que, en ciertas ocasiones, es necesario proteger los derechos y el bienestar de individuos y comunidades cuya vulnerabilidad pueda influir en su capacidad a la hora de tomar decisiones autónomas.
Además, los psicólogos reconocen y respetan las diferencias en roles, culturales y personales, incluyendo aspectos como la edad, el género, la raza, la etnia, la cultura, la nacionalidad, la religión, la identidad u orientación sexual, las discapacidades, el idioma y la situación socioeconómica, y toman en cuenta estas variables al trabajar con personas de estos grupos. Se esfuerzan por evitar que cualquier tipo de sesgo basado en estos factores influya en su labor y no participan ni consienten, con conocimiento, actividades que promuevan tales prejuicios.
Bibliografía
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Savater, Fernando (2003).Ética para Amador. Barcelona: Ariel.
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