El proceso de enfrentarse el estrés
El estrés se genera a partir de la interacción de la persona con su entorno. En esta interacción, la variable de mayor relevancia es la valoración que se realiza acerca dicha situación. Cuando se trata de enfrentarse al estrés, se utilizan respuestas cognitivas y conductuales, las cuales, permiten identificar y actuar ante las diferentes situaciones que requieren de adaptación. A este proceso se le denomina afrontamiento del estrés.
Si bien, son muchas las teorías planteadas acerca del afrontamiento del estrés, destaca el modelo de Lazarus y Folkman, el cual, estudia de una manera muy completa el complejo proceso de afrontamiento.
Lo entienden como un proceso dinámico en el que la valoración que haga la persona determinará su respuesta de afrontamiento. Sin embargo, indican la presencia de estrategias de afrontamiento que pueden repetirse con mayor frecuencia en cada persona. Lo cual, otorga cierta estabilidad a lo largo del tiempo y consistencia a través de determinadas situaciones estresantes.
Cabe señalar, que contar con habilidades para poder enfrentarse a situaciones de estrés repercute de manera muy significativa en la salud mental de las personas. Asimismo, muchas de las problemáticas que afectan al bienestar de las personas, incluyen dificultades en este proceso de afrontamiento del estrés.
¿Qué hacemos ante una situación de estrés?
En un proceso de afrontamiento de estrés están implicadas 2 variables: la valoración cognitiva y las estrategias de afrontamiento.
En primer lugar, comenzaremos explicando en qué consiste la valoración cognitiva.
La valoración cognitiva la forman 2 fases:
- Evaluación primaria: En primer lugar, respondemos a la pregunta de si existe un peligro o, por el contrario, se trata de una situación neutra. En caso de identificar una situación de riesgo, se llevaría a cabo la valoración secundaria. Cabe señalar que, en este primer paso pueden generarse diferentes tipos de problemas:
- Evaluar como amenazante una situación que no representa un peligro.
- Otorgar un nivel de amenaza mayor de la real a la situación.
- Identificar como situaciones neutras aquellas que sí presentan un peligro.
- El tiempo invertido en identificar una situación de riesgo es mayor del necesario.
- Realizar una evaluación de la situación sin contemplar todas las variables que intervienen en la misma. Como resultado, se realiza una valoración incompleta o parcial, lo que dificulta que se haga correctamente.
- Evaluación secundaria: En esta fase, la persona valora sus propios recursos para hacer frente a la situación de amenaza. En este punto, pueden darse 2 problemas, los cuales, desencadenan en un incremento de activación fisiológica y sufrimiento:
- Sobreestimar sus recursos de afrontamiento: Esto genera que la persona se enfrente a situaciones para las que no se encuentra capacitada, es decir, que se exponga a un riesgo.
- Subestimar sus recursos de afrontamiento: Lo cual, genera que la persona se perciba ante un demanda excesiva y no encuentre recursos para hacerle frente, a pesar de contar con ellos.
¿Cuáles son las estrategias para afrontar el estrés?
Lazarus y cols. encuentran dos formas de orientar una respuesta de afrontamiento de estrés. Por un lado, cuando la persona interviene sobre el factor externo que origina el estrés. A esto se le denomina afrontamiento centrado en el problema. Por otro lado, el afrontamiento centrado en la emoción, implica tratar de modificar la forma en la que se está valorando el problema.
Las 8 estrategias para manejar el estrés
- Confrontación: Se incluyen aquellas conductas dirigidas directamente al problema.
- Distanciamiento: Comportamientos destinados a apartar el problema del foco atencional. Por ejemplo, intentar no pensar en lo que ha ocurrido.
- Autocontrol: Incluye no compartir el problema con nadie, autorregularse, reflexionar sobre el problema sin pasar a la acción,..
- Búsqueda de apoyo social: Pedir ayuda a quien se piensa puede contribuir a solucionar el problema, o bien, ofrece algún tipo de apoyo.
- Aceptación de la responsabilidad: Cuando la persona se responsabiliza de haber generado el problema.
- Escape o evitación: Consumir sustancias, aislarse, esperar que se solucione solo, etc.
- Planificación de solución de problemas: Pensar un plan de acción y llevarlo a cabo.
- Reevaluación positiva: Cuando se percibe la parte positiva del problema presente.
Cabe señalar, que ninguna estrategia es eficaz o incorrecta en si misma. Al contrario, dependiendo de lo que requiera la situación problemática en concreto, será más adaptativa una forma de proceder u otra.
Por ejemplo, ante una situación que no permite cambios, no sería adecuada la estrategia de confrontación, ya que, la persona destinará muchos recursos hacia el problema no estando en su mano la solución. Sin embargo, estrategias dirigidas a la emoción, como el distanciamiento, pueden resultar de ayuda en estos casos.
Bibliografía
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