¿Qué nos ocurre en el duelo? La palabra «duelo» tiene su origen en el término latino «dolos» que significa dolor.
El duelo es una reacción emocional normal ante la pérdida. Se plantea como un proceso psicológico y no psicopatológico (Echeburúa y Herrán, 2007). Esta respuesta adaptativa tiene en ocasiones síntomas similares a la depresión, es por ello que se debe hacer una correcta diferenciación para evitar el riesgo del sobrediagnóstico.
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RESPUESTAS NORMALES ANTE UNA PÉRDIDA (DUELO NO PATOLÓGICO):
- Alteraciones emocionales: Tristeza, enfado, añoranza, apatía, soledad, etc.
- Respuestas cognitivas: Pensamientos de desesperanza hacia el futuro, confusión, incredulidad ante lo sucedido, etc.
- Síntomas somáticos: Opresión en el pecho, náuseas, insomnio, taquicardias, etc.
- Cambios conductualeas: Aislamiento, inhibición conductual, impulsividad, etc.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO PARA EL DUELO?
Normalmente los duelos no se tratan sino que se acompañan, guiando a la persona en el conocimiento de su forma normativa de expresión, mientras se le da un adecuado soporte.
Durante el proceso de elaboración del duelo, la persona deberá enfrentarse a una serie de pasos, los cuales fueron descritos por el autor Worden como “Tareas de la pérdida”:
- Aceptación de la realidad de la pérdida: Es habitual que se baraje en la persona el pensamiento de que el fallecido no volverá, junto con la sensación de que lo ocurrido no es real. Es por ello que la primera tarea es asumir la realidad de la pérdida, para poder continuar elaborando el proceso de duelo.
- Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida: Dentro de un proceso de duelo es importante identificar y trabajar los pensamientos y emociones generados a partir de la pérdida, no siendo aconsejable recurrir a la evitación constante de los mismos.
- Adaptarse a un medio en el que el fallecido ya no está: Este paso dependerá del rol que desempeñaba la persona fallecida (padre, pareja, amigo,…) y consiste en ir poco a poco gestionando las demandas del día a día sin poder contar con la persona que ya no está.
- Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo: No es posible (ni necesario), olvidarnos de las personas que han sido significativas en nuestra vida. Por el contrario, existe la posibilidad (sí necesaria) de poder colocar el recuerdo del fallecido de una manera en la memoria que nos permita poder continuar con nuestra vida.
Diferencias entre duelo y episodio depresivo
(Vallejo Pareja, 2014)
Dadas las similitudes entre los síntomas del duelo y la depresión, hay momentos en los que puede ser complicado distinguir entre los dos. Una mejor comprensión de sus similitudes y diferencias puede ayudar:
Autoconcepto y autoestima
- DUELO: Conservados
- EPISODIO DEPRESIVO: Pérdida de valor y desprecio hacia uno mismo
Pensamientos acerca de la muerte
- DUELO: Vinculados a la idea de reunirse con la persona fallecida
- EPISODIO DEPRESIVO: Conectados a la desesperanza y a la percepción de falta de valía personal
Emociones positivas (ej. alegría)
- DUELO: Pueden estar presentes a lo largo del proceso de duelo
- EPISODIO DEPRESIVO: Poca frecuencia y leve intensidad de emociones positivas
Estado de ánimo principal
- DUELO: Pérdida y vacío
- EPISODIO DEPRESIVO: Estado de ánimo deprimido y pérdida de esperanza
Disforia
- DUELO: Va disminuyendo en intensidad a lo largo del proceso de duelo y la desencadena el recuerdo del difunto
- EPISODIO DEPRESIVO: No disminuye en intensidad y no está asociada a un estímulo en concreto
Contenido de los pensamientos
- DUELO: Recuerdo de la persona que ya no está
- EPISODIO DEPRESIVO: Pensamientos rumiativos de tipo pesimista y autocríticos