Las adicciones en adolescentes son un problema de salud pública creciente. Los jóvenes enfrentan una variedad de escenarios de riesgo para el consumo, un acceso en muchos casos sencillo a las sustancias y, en ocasiones, un contexto de normalización hacia el uso de drogas con función generalmente recreativa. A todo ello se le añade la presión de grupo, la cual puede actuar como facilitador en cuanto al consumo. La presión de los pares y la búsqueda de la aceptación pueden llevar a los adolescentes a iniciar y mantener conductas de consumo que pueden afectar negativamente su salud y bienestar.
Consumir drogas plantea riesgos a cualquier edad, sin embargo, la adolescencia es una etapa que merece especial atención, ya que el cerebro se encuentra todavía en desarrollo, lo cual la convierte en una etapa especialmente vulnerable. Las consecuencias y riesgos del consumo se encuentran en el corto, medio y largo plazo. Asimismo, afectan tanto a la salud física como a la salud mental.
La prevención en adolescentes del abuso y adicción de sustancias debe comenzar en casa. Tanto los padres como otras figuras de referencia, pueden desempeñar un papel importante en la prevención del consumo en los más jóvenes. Entre los factores esenciales se encuentran: poder proporcionar información sobre efectos y consecuencias del consumo, establecer límites claros y ser a su vez un ejemplo y guía para ellos.
La educación sobre las drogas, las conductas de abuso y la adicción es importante que sea real y apoyada en datos. Los adolescentes deben recibir información precisa y actualizada sobre las sustancias y los comportamientos adictivos, incluyendo sus riesgos y consecuencias. No es aconsejable intentar crear miedo en torno a estas sustancias aportando información falsa, ya que, los jóvenes tienen acceso a datos y sentirse engañados puede alejarnos del objetivo principal de prevención. Esta educación sobre las adicciones puede ser apoyada por la que se ofrece en las escuelas, los centros comunitarios y otros lugares.
Si un adolescente ya ha desarrollado una adicción, es importante tratarlo lo antes posible. El tratamiento de las adicciones en adolescentes puede incluir terapia individual, terapia de grupo, terapia familiar y medicación. La terapia cognitivo-conductual es un enfoque comúnmente utilizado para tratar las adicciones en adolescentes y se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen a la adicción.
Adicciones en adolescentes
Las adicciones en adolescentes son un problema de salud mental y física que puede tener graves consecuencias a corto, medio y largo plazo.
El comienzo temprano en el consumo de sustancias se relaciona con un mayor riesgo de desarrollo de dependencias y otras problemáticas durante la vida adulta. Asimismo, se encuentra una tasa elevada de uso y abuso de drogas en la población adolescente, en comparación con otros grupos de edad.
A medida que los adolescentes crecen, se enfrentan a nuevos desafíos y tentaciones, como el acceso a sustancias y comportamientos adictivos (adicción sin sustancia). Entre las drogas más utilizadas ente los jóvenes se encuentran el alcohol, la nicotina y el cannabis. En cuanto a la adicción sin sustancia, encontramos una incidencia elevada en el uso de nuevas tecnologías, destacando los dispositivos móviles y los videojuegos.
Las drogas ilegales son una de las principales preocupaciones en cuanto a adicciones en adolescentes. El consumo de cannabis, cocaína, heroína y drogas de diseño (MDMA, ketamina, metanfetamina…) puede tener efectos graves en el desarrollo físico y mental del adolescente, incluyendo daños en el cerebro y en el resto del organismo, problemas cognitivos de atención y memoria, así como trastornos del ánimo (entre otros).
- El cannabis merece especial atención por los altos índices de prevalencia encontrados entre la población adolescente. De acuerdo a la Encuesta Europea sobre alcohol y drogas (ESPAD) realizada en 2019, el 23 % de los adolescentes en España de entre 15 y 16 años reconoce haber consumido cannabis alguna vez en la vida y el 12% en los últimos 30 días. Entre las múltiples consecuencias en torno al consumo de esta sustancia se encuentran: problemas con la atención, memoria y aprendizaje; percepción distorsionada (visual, auditiva y del tacto), y del sentido del paso del tiempo; dificultades para la reflexión y la solución de problemas, dificultades para coordinación física; ansiedad y taquicardia; síndrome amotivacional.
El alcohol también es un problema común entre los adolescentes. Tiene un efecto desinhibidor de la conducta, pudiendo reducir el autocontrol y facilitando conductas de riesgo, como la conducción peligrosa y las prácticas sexuales de riesgo. Asimismo, se plantea como una de las causas subyacentes de lesiones (principalmente a consecuencia de accidentes de tráfico), conductas violentas y muerte prematura. Por otro lado, constituye un factor de riesgo para problemas de salud a largo plazo, no pudiendo ser observados de manera temprana y afectando a la esperanza de vida.
Los últimos datos aportados por la OMS establecen que más de una cuarta parte de las personas de entre 15 y 19 años del mundo (155 millones de adolescentes) consumen alcohol. En el año 2016, la prevalencia de ingesta episódica (principalmente concentrada en fines de semana) de grandes cantidades de alcohol en adolescentes de entre 15 y 19 años, fue del 13,6%.
El tabaquismo es otra adicción común entre los adolescentes. Las mayores tasas de prevalencia de consumo se encuentran entre los 14 a los 18 años. El 18,4 % de los jóvenes de 14 años fuma tabaco, elevándose esta cifra a 43,7 % cuando se alcanzan los 18 años. El tabaquismo puede tener efectos graves en la salud, incluyendo enfermedades del corazón y los pulmones, cáncer y problemas respiratorios.
La atención psicológica es esencial para tratar las adicciones en adolescentes
Un especialista en psicología para adolescentes puede ayudar al adolescente a comprender las causas subyacentes de su adicción o abuso y a desarrollar estrategias para superarlos.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque comúnmente utilizado para tratar las adicciones en adolescentes. La TCC se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento negativos que contribuyen a la adicción. Un psicólogo puede ayudar al adolescente a comprender las causas subyacentes de su adicción y proporcionar estrategias efectivas para superarla y mejorar su bienestar y su calidad de vida.
La terapia de grupo también puede ser útil para tratar las adicciones en adolescentes. Los adolescentes pueden beneficiarse de compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente en su recuperación. Además, la terapia de grupo puede proporcionar un ambiente seguro y sin juicios donde los adolescentes pueden hablar abiertamente sobre sus sentimientos y preocupaciones relacionadas con su adicción o abuso.
La terapia familiar también puede ser útil para tratar las adicciones en adolescentes. Los padres y otros miembros de la familia pueden jugar un papel importante en la recuperación del adolescente.
El psicólogo puede ayudar a la familia a comprender cómo su comportamiento y dinámica pueden contribuir a la adicción del adolescente y proporcionar estrategias para mejorar la comunicación y la relación en el hogar.
Por último, el psicólogo puede recomendar tratamientos adicionales, como la medicación, si es necesario. Los medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales que pueden estar contribuyendo a la adicción del adolescente.