En nuestra anterior entrada de blog hacíamos un recorrido por el constructo de las Habilidades Sociales.
Comenzábamos por la definición de Habilidad Social. A continuación, planteábamos las causas de las dificultades relacionales. Y, por último, el papel de la terapia psicológica para la mejora de las relaciones interpersonales.
En el artículo de hoy, señalaremos la importancia de la comunicación no verbal y los elementos no verbales que componen las Habilidades Sociales. Presentan una importancia elevada dentro de la comunicación, ya que, siempre están presentes. Es decir, aunque decidamos no intervenir en una conversación quedándonos callados, nos estaremos comunicando a través del lenguaje no verbal.
Los componentes no verbales de las Habilidades Sociales
«No es posible no comunicar» (Paul Watzlawick) ▶ Enlace al manual
Los componentes de la comunicación no verbales de las habilidades sociales son aspectos fundamentales en la comunicación interpersonal que van más allá de las palabras. Aquí te los desarrollo brevemente:
- Contacto ocular: La capacidad de mantener contacto visual con otra persona durante una conversación indica interés, atención y confianza.
- Latencia de respuesta: Este término se refiere al tiempo que transcurre entre que alguien emite un mensaje y el receptor responde. Una respuesta rápida puede demostrar atención y comprensión, mientras que una demora excesiva puede indicar desinterés o dificultad para procesar la información.
- Expresión facial: Nuestro rostro es un reflejo de nuestras emociones y pensamientos. Una expresión facial congruente con el mensaje que se está transmitiendo refuerza la sinceridad y autenticidad de la comunicación.
- Postura: La manera en que nos sentamos o nos paramos durante una interacción social puede comunicar confianza, seguridad o nerviosismo. Una postura abierta y relajada suele invitar a la conversación, mientras que una postura cerrada puede sugerir incomodidad o reserva.
- Movimiento corporal: Los gestos y movimientos que hacemos con nuestras manos, brazos y cuerpo en general pueden complementar o contradecir nuestro discurso verbal. Por ejemplo, gesticular mientras hablamos puede enfatizar puntos clave y hacer que nuestra comunicación sea más dinámica y expresiva.
- Distancia interpersonal: La distancia física que mantenemos con los demás durante una interacción social puede variar según la cultura, el contexto y el tipo de relación. La proximidad excesiva puede resultar invasiva, mientras que mantener demasiada distancia puede transmitir frialdad o desinterés.
- Apariencia personal: La forma en que nos vestimos, nuestra higiene personal y nuestro aspecto general pueden influir en la percepción que los demás tienen de nosotros y en la calidad de nuestras interacciones sociales. Una apariencia cuidada y apropiada para la ocasión puede contribuir a generar una impresión positiva y a facilitar la comunicación.
5 funciones de la comunicación no verbal
Como se ha señalado anteriormente, la parte no verbal de una interacción tiene una importancia elevada. Por ello, es aconsejable tenerla en consideración y cuidarla cuando se está en contacto con otras personas.
La utilidad de la comunicación no verbal se puede observar a través de sus 5 funciones:
- Sustituir: A través de los mensajes no verbales se puede reemplazar a la comunicación verbal. Por ejemplo, podemos expresar tristeza mediante gestos cuando nos preguntan cómo estamos.
- Repetir: Ayuda a reiterar un mensaje sin necesidad de acudir a los elementos verbales. Por ejemplo, cuando se ha expresado al receptor la palabra no y se quiere repetir negando con la cabeza.
- Enfatizar: Acompaña a la parte verbal, complementándola. Por ejemplo, cuando decimos una buena noticia y lo acompañamos de una sonrisa y movimientos corporales concretos.
- Regular: Ayuda a organizar la interacción. Un ejemplo es cuando a través de un gesto, la persona expresa que ha terminado de hablar y que quiere escuchar a la otra parte.
- Contradecir: En ocasiones, la comunicación no verbal es contraria a lo que se está expresando a nivel verbal. A pesar de que no suele ser intencionado, tiene utilidad para el receptor del mensaje, ya que, puede dudar de la sinceridad del mensaje del emisor.